La correcta clasificación arancelaria determina aspectos tan importantes como los aranceles aplicables.
Vivimos en la era de la globalización y la internacionalización. Esto significa que el comercio ya no se ve limitado por las fronteras, lo que en la práctica se traduce en la posibilidad de abrir nuevos mercados en otros países.
Dentro de este contexto, es importante familiarizarse con los procedimientos que afectan de forma directa al comercio exterior. En este sentido, uno de los primeros pasos que debemos dar como exportadores o importadores es la clasificación arancelaria de los bienes. Con esta clasificación lo que hacemos es asignar un código numérico que identifica las mercancías en cualquier país, de acuerdo con sus características principales: descripción, naturaleza, composición, uso… La importancia de esta clasificación es tal, que más de doscientos países se han puesto de acuerdo en los criterios que determinan los seis primeros dígitos de este código (lo que se conoce como “Sistema Armonizado”). De este modo se garantiza la aplicación uniforme de esta nomenclatura por las autoridades aduaneras de casi todo el mundo, en lo que al Sistema Armonizado se refiere.
El resto de los dígitos que componen el código arancelario dependerán de cada país y tendrán distintas implicaciones, incluso con fines estadísticos.
Clasificación arancelaria y su impacto
Sin embargo, esta clasificación no es caprichosa. Y es que este código arancelario facilita de forma sencilla toda la información relevante desde el punto de vista aduanero: cuál es el arancel aplicable para ese producto, si existen restricciones o barreras arancelarias en relación con el mismo, la documentación necesaria para realizar los trámites aduaneros, cuáles son las reglas aplicables en materia de origen de la mercancía, y un largo etcétera. En definitiva, un único número es el que va a determinar el trato que va a recibir un producto tanto en el país de exportación, como en el de importación.
Por tanto, la clasificación de nuestros productos no es un mero trámite. La incorrecta clasificación de la mercancía puede derivar en multas y sanciones, paralización de los bienes, embargo de los mismos e incluso incurrir en una infracción o delito de contrabando. Por ello resulta fundamental abordar de una manera adecuada la clasificación arancelaria de los bienes, familiarizándonos con las reglas de clasificación aplicables en cada caso. Esto nos permitirá afrontar nuestra planificación internacional de una manera más eficiente, limitando los riesgos y costes imprevistos.
¿Quiere saber más sobre la importancia de la clasificación arancelaria de las mercancías? Escríbanos a info@garciadenovales.es